agosto 27, 2025

Estudio de la UCO destaca estabilidad y flexibilidad en granjas agrícolas.

Un estudio realizado por el Departamento de Economía Agrícola, Finanzas y Contabilidad de la Universidad de Córdoba (UCO) ha identificado la estabilidad y la flexibilidad como los dos componentes clave de la resistencia económica en las granjas agrícolas. Durante 13 años, se analizaron los datos de 1.000 granjas, destacando la importancia de políticas agrícolas más específicas para garantizar su eficiencia.

En un escenario marcado por los cambios climáticos y la inestabilidad económica, las políticas agrícolas están enfocadas en mejorar la capacidad de adaptación y resistencia de las granjas, más allá de simplemente promover la sostenibilidad. La resistencia, como capacidad de respuesta a los cambios, se compone de estabilidad y flexibilidad, lo que la hace extremadamente heterogénea y requiere enfoques específicos.

El estudio, publicado en la revista «Ambiental y sostenibilidad» por el equipo de investigadores Jaime Martín, José A. Gómez y Antonio Menor, revela que algunas granjas son más estables a largo plazo pero tienen dificultades para adaptarse, mientras que otras son más flexibles a corto plazo pero menos estables. Las políticas públicas deben considerar ambos componentes para ser efectivas, promoviendo la estabilidad o la flexibilidad según las necesidades de cada sector o región.

Para demostrar este marco teórico, se analizaron datos de 947 granjas españolas dedicadas a culturas herbáceas, como cereales y legumbres, que representan más del 30% del área agraria útil de España. Factores como el tamaño de la empresa, la fuerza laboral, la edad de los agricultores y el régimen de producción fueron clave en la resistencia de estas granjas.

El estudio concluye que no todas las políticas son igualmente efectivas para mejorar la resistencia económica de las granjas, ya que algunas pueden favorecer la estabilidad en detrimento de la flexibilidad y viceversa. Es fundamental adaptar las políticas de manera específica para abordar ambos componentes de resistencia y así garantizar la continuidad de la producción agrícola en el tiempo, con beneficios para la sociedad.

Jaime Martín, investigador del grupo «Weare» de UCO, destaca que una mayor estabilidad en la producción agrícola puede conducir a una menor huella ambiental, un desarrollo rural más sólido y una mayor seguridad alimentaria. La investigación fue financiada por Ransecoag Projects y Farmperform, destacando la importancia de seguir investigando para mejorar la resistencia económica de las granjas agrícolas.

FUENTE

Por Redaccion

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