La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía ha destacado la importancia de un uso responsable y saludable de los videojuegos, especialmente para personas menores de edad y adolescentes. Aunque los videojuegos ofrecen beneficios para el desarrollo intelectual y habilidades cognitivas, también conllevan riesgos como la adicción, exposición a contenidos inapropiados y gastos excesivos.
Para garantizar un uso adecuado de los videojuegos, es fundamental consultar la información proporcionada por el etiquetado PEGI, que clasifica los juegos según la edad recomendada y el contenido. Además, los descriptores a través de pictogramas ofrecen detalles sobre la violencia, lenguaje, miedo, juegos de azar, sexo, drogas, discriminación y compras en el juego con dinero real.
Los padres y tutores deben prestar especial atención a las compras con dinero real, como las microtransacciones y las «cajas de botín», que pueden generar adicción. Es importante supervisar los movimientos bancarios para controlar los gastos. Asimismo, se aconseja establecer límites de tiempo para jugar, supervisar la actividad y hablar sobre los riesgos con la persona menor de edad.
Los videojuegos en línea han evolucionado hacia una vertiente social, por lo que es crucial vigilar los contenidos e interacciones, para prevenir situaciones de ciberbullying o grooming. La herramienta de control parental disponible en plataformas y dispositivos digitales puede ayudar a gestionar el contenido y los gastos en el juego.
En resumen, un uso responsable de los videojuegos implica conocer la clasificación por edades, supervisar las compras en el juego, establecer límites de tiempo y estar atento a posibles signos de adicción. Los videojuegos pueden ser una forma de entretenimiento enriquecedora, siempre y cuando se utilicen de manera adecuada y consciente.
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